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viernes, 6 de mayo de 2011

#9

Siempre hay cosas que se ocultan. La mayoría de esas cosas te gustaría dejar de ocultarlas, de esconderlas, de… Pero por miedo de lo que puede pasar o lo que pueden pensar no dices nada, por mucho que te gustaría soltarlo te ves incapaz de hacerlo.

Realmente no es tan malo.
Yo hoy me he terminando sincerando y he dicho muchas cosa que creí que nunca sería capaz de decir. Al final no ha sido para tanto, de hecho me siento muy bien. Se que ya no hay nada que ocultar, y a pesar de que no ha sido fácil, ni agradable de escuchar no a pasado nada. Realmente te quitas un peso de encima y estas mucho mejor contigo mismo.

Desahogarte, decir lo que piensas, muchas veces es duro. Y muchas veces te juega una mala pasada y no todo sale bien. Pero al menos te sientes mejor. Y ya es algo ¿no?

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